Les pedimos
una disculpa nuevamente, por motivos ajenos a nosotros no hemos podido estar al
día con las reseñas de las series que estamos viendo pero es una promesa, que
nos podremos al día.
Hace 2
semanas se lanzó, el capítulo dos de la cuarta temporada de “The Walking Dead” y la verdad es que casi
nos sacó las lágrimas una escena, a esta fecha seguramente todos los seguidores
de la serie ya han visto este capítulo una o más de una vez, pero a continuación
nuestra reseña.
El capítulo
nos sitúa justo después de la muerte de Patrick, que es como cerramos el capítulo
uno de esta temporada, para los seguidores de la serie y no seguidores, es más
que obvio que al morir, como siempre regresan como “Walkers” a causar pánico y
muerte dentro de la prisión.
Después de
enfrentar y contener esta nueva amenaza, dentro del bloque de celdas, se cierne
sobre nuestros protagonistas una nueva amenaza, que no es humana ni zombie, un
supuesto virus que la mayoría de los que estuvieron involucrados en el ataque,
contraen y que inevitablemente, genera un gran número de bajas en las filas del
ya amplio grupo de Rick.
Debemos
decir que el hecho que este virus se esté poniendo como la premisa de esta temporada,
nos decepciona, la temporada pasa con El Gobernador, la temporada estuvo llena
de giros de tuerca sorpresas e inevitables finales, pero que en esta un virus
parecido a la gripe, comience a acabar con el grupo sistemáticamente sinceramente
no le llegan a la temporada anterior.
El capítulo
en general, no decepciona poniéndonos un Rick que sigue buscando paz en tiempos
de guerra y que inevitablemente esa paz concluye estrepitosamente, con un
ataque contundente de los caminantes hacia todo en lo que había trabajado y nos gustó volver a ver con su
pistola calibre .50, tomando el lugar que por derecho le pertenece en el grupo.
Solo nos
queda decir que si no lo vieron, véanlo y si ya lo vieron díganos que piensas.
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